Precisamente para eso sirve el SEO. No, no para encontrar el amor; pero sí para que nuestros usuarios encuentren en el primer renglón de los resultados la respuesta a sus dudas del momento; y lo mejor: que sean respuestas útiles y que realmente los dejen satisfechos.
Por sus siglas en inglés, el SEO (Search Engine Optimization) consiste en el posicionamiento de la página de tu empresa en en los motores de búsqueda con el fin de mejorar los resultados y la visibilidad de quienes te están buscando a ti o a los servicios que tienes para ofrecer. Es precisamente este posicionamiento el que ayuda a que tu web tenga un mejor tráfico, y puedes lograrlo cumpliendo ciertos factores que Google recomienda, pero que básicamente se resumen en dos: autoridad y relevancia. O, en pocas palabras, en el valor de tu contenido y la frecuencia con la que tus usuarios lo comparten; y en qué palabras clave utilizaste y qué tan largos y seguras son tus urls.
Si bien es cierto que SEO significa optimización de búsqueda y que la E de las siglas tiene que ver con el motor (engine), como dueño de una página web deberías plantearte seriamente cambiar el concepto de la E y transformarlo a la Experiencia. En este sentido, el usuario es el centro; ¡haz que todo gire alrededor de él! Si encuentra lo que está buscando y considera que es información útil, no solo querrá compartirlo con los suyos mejorando tu tráfico, sino que, además, querrá volver.
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